Juliana Larena y Fenollé. Enfermera y heroína en el Reducto del Pilar

Como hemos visto en los anteriores artículos, los Sitios de Zaragoza fueron unos de los sucesos más cruentos y heroicos realizados por el pueblo español para impedir la perdida de nuestra independencia frente a la expansión del imperio francés con los ejércitos de Napoleón Bonaparte. La participación de las mujeres en este episodio histórico no tiene parecido a ningún otro anterior, hasta tal punto que Goya, al describir “Los desastres de la guerra”, de los 65 grabados que componen la colección, dedicó 33 a imágenes protagonizadas por mujeres.

Hoy dedicamos el articulo a una de ellas, Juliana Larena, una valerosa mujer que compaginó su faceta como enfermera, curando heridos en las posiciones más peligrosas de la ciudad, con la defensa activa de estas posiciones militares, durante los distintos cercos a los que se vio sometida Zaragoza.


Juliana Larena Fenollé nació en Ejea de los Caballeros, provincia de Zaragoza, el 16 de febrero de 1790. Fue bautizada en la parroquia de El Salvador con el nombre de Juliana Josefa Benita.

Hija de Francisco Larena, abogado de los Reales Consejos, y de Fidela Fenollé, hija José Fenollé, el escribano del juzgado de Ejea. Fue la segunda de los cinco hijos que tuvo el matrimonio: Mariano, Juliana, María, Lamberto y Lorenzo.

Su infancia transcurrió feliz en Ejea de los Caballeros, donde recibió una educación esmerada en el seno de una familia culta y acomodada.

A los catorce años, al morir su padre, la familia se trasladó a Zaragoza donde vivieron los trágicos sucesos de la Guerra de la Independencia.

CIEN AÑOS DE OLVIDO

España suele tener la costumbre de olvidar rápidamente a sus héroes, durante cien años Juliana Larena fue una gran desconocida. Tuvo que pasar un siglo hasta que, entre los eventos y medidas del centenario (1908), se tomara la decisión de sacar del anonimato a muchos de estos héroes y heroínas entre los que se encontraba nuestra valiente ejeana.

De este trabajo de recuperación de la historia perdida se encargó, entre otros, Norberto Torcal con cuya información escribió el libro “Historia popular de los Sitios de Zaragoza en 1808 y 1809”, publicado en 1922, donde se reconstruye por fin la biografía mítica de nuestra heroína.

PRIMER SITIO

La Guerra de la Independencia contra las fuerzas de ocupación francesa se inició con levantamientos del pueblo español en distintas ciudades; en este contexto, el 15 de junio de 1808, las tropas de napoleón iniciaron el primer cerco a Zaragoza, sorprendiendo a Juliana en la ciudad.

El sentimiento patriótico de los zaragozanos, que no es otra cosa que el sentimiento de la defensa de los valores de tu sociedad, tu cultura y tu historia, hizo que la mayor parte de ellos decidiera no abandonar la cuidad para defenderla hasta sus últimas consecuencias. La joven Juliana de 18 años fue una de ellos.

En la primera parte del libro de Norberto Toral, en el capítulo XIII escribe: “Desde los primeros días del asedio de la ciudad, Juliana se había constituido en solícita enfermera acudiendo con absoluto olvido y desprecio de su propia vida a los sitios donde mayor era el peligro; a recoger y prestar auxilios a los que bajo el plomo enemigo caían en defensa de la patria”.

Cuenta que, en su interés por proporcionar la mayor comodidad y alivio a los heridos, llevó ropas y todo el ajuar de su casa, que quedó desmantelada de enseres y despensa, durmiendo ella sobre un montón de paja.

Para leer el reportaje completo acceda al nº137 de la revista colegial Noticias de Enfermería

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