Rodrigo de Cervantes. Barbero-cirujano y padre de nuestro insigne escritor

Rodrigo de Cervantes fue barbero-cirujano, una titulación práctica sanitaria con competencias similares a las de los “practicantes”, enfermeros masculinos de los Rodrigo de Cervantes nació en Alcalá de Henares en 1509.

Rodrigo de Cervantes fue barbero-cirujano, una titulación práctica sanitaria con competencias similares a las de los “practicantes”, enfermeros masculinos de los Rodrigo de Cervantes nació en Alcalá de Henares en 1509. Su padre, Juan de Cervantes, licenciado en derecho, y era uno de los abogados más prestigiosos de Guadalajara con una solvente posición social y económica. Y su madre, Leonor Fernández de Torreblanca, fue una mujer culta, hija de un famoso médico, se ocupó de dar una esmerada formación a sus cuatro hijos.

En un momento dado, el elevado tren de vida los llevó a la ruina; y con ella, a la separación de los padres de Rodrigo. Su padre fijó su residencia en Córdova junto a su hijo menor Andrés, y su madre, permaneció en Alcalá de Henares junto a sus hijos Juan y Rodrigo, y su hija María con la hija de ésta.

Rodrigo amaba la medicina y quiso estudiarla pero la sordera que padecía desde niño se lo impidió.  Aun así, se propuso tener una profesión sanitaria y no paró hasta conseguir su titulación de “barbero-cirujano”.

Se casó con Leonor Cortinas, joven perteneciente a una familia de ricos campesinos y formaron un hogar humilde Alcalá de Henares. Tuvieron siete hijos, entre ellos Miguel, Miguel de Cervantes Cortinas, que así era como realmente se llamaba Miguel de Cervantes Saavedra.

Conseguir pacientes en una ciudad con tantos titulados era muy difícil. Acompañado de su familia, decidió viajar a Valladolid, donde se encontraba la Corte, pero en Valladolid los médicos licenciados acaparaban todo el trabajo. Se tuvo que meter en deudas con prestamistas, y ante la imposibilidad de devolverlas, fue encarcelado.

Al salir de la cárcel volvieron a Alcalá. Pero Rodrigo pensó que, si se ponía bajo la protección de su padre, podría tener un mejor futuro en Córdova y en 1553 decidió dar un nuevo cambio de rumbo a su vida e inicia una nueva vida en Andalucía.

Con la mediación de su padre consiguió un trabajo como ayudante del médico Felipe Esbarroya, un trabajo en la cárcel del Santo Oficio y otro puesto en el hospital de la Caridad. Por primera vez Rodrigo pudo pagar sus deudas, iniciar una estabilidad profesional y dar a sus hijos una educación adecuada.

A la muerte de su padre y los trabajos comienzan a escasear, y en 1558 decidió pedir ayuda a su hermano Andrés, personaje influyente en Cabra, que le consiguió un trabajo y una casa para su familia. Viajó a Sevilla para gestionar los bienes de su hermano en la capital hispalense.

A la muerte de su suegra, en 1566, decidió trasladarse con toda su familia a la Villa de Madrid. La herencia de su suegra le permitió a Rodrigo empezar una nueva vida alejada del incierto futuro que el ejercicio de la cirugía le ofrecía y decidió pasarse a los negocios financieros. Nunca vivieron en la opulencia, prueba de ello fueron las dificultades que tuvieron para conseguir el rescate exigido por los piratas para liberar a sus hijos Miguel y Rodrigo del cautiverio en Argel, pero no volvieron a pasar penalidades.

Rodrigo murió en Madrid el día 13 de junio de 1585, a los 76 años de edad, con su conciencia de hidalguía tranquila, por no dejar deuda alguna a sus herederos.

Su hijo Miguel, al escribir el Quijote, hizo un homenaje a su padre y su profesión con el personaje de Maese Nicolás que atendió al Don Quijote tras haber recibido una paliza en una de sus aventuras.

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