Infografía SalusPlay. Uso de antisépticos en la cura heridas
Un antiséptico es, según la Real Academia Española, “un medicamento o una sustancia que sirve para la antisepsia”, que consiste en combatir o prevenir los procesos infecciosos destruyendo los microorganismos causantes.
En el caso de las ciencias de la salud hablamos de “sustancias químicas que, aplicadas de forma tópica sobre piel intacta, mucosas o heridas, reducen o eliminan la población de microorganismos en dichos tejidos”. Para distinguirlo de un desinfectante, la diferencia radica en que el antiséptico se aplica sobre tejidos vivos.
Entre las características de un buen antiséptico destacan las siguientes: amplio espectro de acción frente a bacterias, virus, esporas etc., que sea de acción rápida o con poca latencia (tiempo que tarda en hacer efecto), con una duración adecuada (efecto residual), y que sea inocuo o con la menor cantidad de efectos secundarios locales y sistémicos. También habrá que valorar su coste y la posibilidad de ser compatible con otros antisépticos. Los antisépticos de uso más común son los alcoholes, los compuestos yodados y la clorhexidina.
Los alcoholes (etílico e isopoprílico) presentan una acción de gran inmediatez frente a bacterias, pero pierden eficacia en el caso de usarse en materia orgánica y su efecto residual es limitado. Su espectro abarca desde bacterias gramnegativas a grampositivas y virus con envoltura lipídica. En su uso, se debe aplicar sobre piel sana y no en heridas abiertas por ser irritante. Puede producir sequedad e irritación en la piel. El etanol es menos tóxico que el isopropílico.
Los compuestos yodados se dividen en compuestos de yodo (tintura de yodo y lugol) y yodóforos (povidona yodada). Aunque el yodo presenta eficacia bactericida, frente a micobacterias, hongos etc. tiene como principal adversidad la posibilidad de producir reacciones por hipersensibilidad, irritabilidad, además de retrasos en la cicatrización cuando su uso es continuado. Por eso actualmente se suelen usar yodóforos, que generan menos hipersensibilidad e irritabilidad. El inicio de la acción antibacteriana comienza en torno a los 3 minutos y su efecto residual oscila entre los 30 minutos y las 3 horas. Existe povidona yodada con base acuosa al 5-10%, solución en base alcohólica con 10% de povidona yodada y en solución jabonosa con 7,5-10% de povidona. Su uso, esta indicado en heridas pequeñas, quemaduras leves, rozaduras y erosiones. Antes de aplicarlo debe lavarse y secarse la zona. También puede aplicarse sobre piel sana. No se deben usar en personas con hipersensibilidad y neonatos, así como evitarse de manera prolongada en mujeres embarazadas o en periodo de lactancia. En heridas extensas se debe evitar su uso de manera continuada por la posibilidad de problemas adversos sistémicos. No usar en ojos, oídos, ni mucosas.
La clorhexidina, presenta como ventajas su escasa absorción a través de la piel, que no se neutraliza en materia orgánica, un inicio de acción rápida y un efecto residual que dura entre las 6 y las 48 horas. Activa frente a bacterias grampositivas y negativas, inhibición de virus con envoltorio y algunos hongos. Se puede encontrar en solución alcohólica, acuosa y jabonosa con concentraciones que van desde el 0.5 al 4%. Con respecto al uso puede aplicarse sobre piel sana y para erosiones, heridas superficiales y quemaduras leves. La piel debe limpiarse y secarse previamente al uso de la clorhexidina. No se debe usar en los ojos, mucosas, interior bucal y oídos.
El peróxido de hidrógeno o agua oxigenada tiene un periodo de acción breve (sin efecto residual) a pesar de ser un bactericida inmediato y su absorción es nula. Es efectivo frente a bacterias principalmente gramnegativas y anaerobias, hongos y algunos virus. Su uso suele ser con la concentración al 3% en el lavado de heridas. Debe evitarse en cavidades cerradas y en ojos.
BIBLIOGRAFÍA
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